Señor,
que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos
quisiste asumir nuestra condición humana;
mira con piedad a Tía Carmen,
que está enferma y necesita ser curado en el cuerpo y en el espíritu.
Reconfórtalo con tu poder para que levante su ánimo y pueda superar
todos sus males, y ya que has querido asociarlo a tu pasión redentora,
haz que confie en la eficacia de su dolor para la salvación del mundo.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén